Hay un desequilibrio fundamental entre hombres y mujeres derivado de la historia, de la biología y de otros factores que es necesario reequilibrar. La economía se sustenta en el hecho de que todos los servicios de soporte (procreación, educación, limpieza, transporte, cuidados a enfermos, atención a la dependencia…) son realizados de manera abrumadoramente mayoritaria por mujeres y ello a expensas de su propio desarrollo independiente.
Este desequilibrio de poder (que parcialmente se compensaba en la antigüedad por el monopolio que la mujer ejercía sobre el acceso a la sexualidad) hoy genera conflicto. El desarrollo tecnológico ha hecho innecesaria la especialización de roles que en el pasado era necesaria. El feminismo ha llamado a esta especialización “patriarcado” olvidando que ha sido perpetuado igualmente por hombres que por mujeres.
Este conflicto también está desequilibrado al estar el hombre mejor dotado educacionalmente (y biológicamente?) para la violencia. La vivencia diaria de este desequilibrio y la natural resistencia al cambio de roles provocan frecuentes enfrentamientos. Cuando esos enfrentamientos llegan a la violencia física, producen más victimas femeninas a manos de hombres del mismo modo qué hay algunas victimas infamtiles o de ancianos a manos de mujeres.
Si bien el feminismo ha acertado en suscitar este tipo de debates y en diagnosticar el problema de la economía de los cuidados, las soluciones que propone son en general de tipo intervencionista y colectivista lo que genera rechazo y resistencia por parte sobre todo de conservadores y liberales pero también (por distintas razones) por buena parte de la izquierda.
Desde una perspectiva liberal a mi me parece que no es posible seguir ignorando la fundamental injusticia que supone esta nueva forma de esclavitud. Y la llamo esclavitud en el correcto sentido del término. La relación amo/esclavo fue en su tiempo aceptada y deseada por ambas partes como algo natural y beneficioso. Además de inevitable. Muchos de los abusos de esa relación se produjeron sólo cuando la base económica de esa relación dejó de ser necesaria. El conflicto solo se resolvió mediante la monetarizacion de esa relación.
Desde esta misma perspectiva liberal la solución no puede ser que el estado o el empresario o el contribuyente en general tengan que pagar los costes de esa monetarizacion.
La solución en mi opinión tiene que ser la modificación de los actuales tipos de contrato marital: gananciales y separación de bienes.
La formación de una familia debería hacerse mediante un contrato nuevo que obligará a repartir en origen los ingresos de los generadores de ingresos entre los miembros activos de la familia entendiendo como activos también a aquellos que soportan la economía de los cuidados. En concreto, que la mayor dedicación de un miembro de la familia (habitualmente la mujer) a esas tareas no deje en manos del generador de ingresos más poder económico y a la mujer en situación de dependencia
La fórmula más sencilla sería que en una pareja casada en gananciales los ingresos de ambos se dividieran en origen al 50%. Es decir una nómina de 2000 y otra de 1000 se dividirían en origen de modo que cada uno recibiera 1500€. A partir de esa independencia cada uno contribuiría al sostén de la familia en partes iguales. No sería difícil de organizar y eliminaría la situación de privilegio de aquel que ve priorizará su profesión en detrimento del que prioriza los cuidados.
Esta fórmula podría resolver también el conflicto de la permanencia en el hogar de hijos mayores de edad generadores de ingresos.
Resumiendo:
La organización actual de las relaciones familiares está viciada por un desequilibrio fundamental que nadie parece querer resolver. La famosa brecha salarial es el mejor termómetro del problema y es injusto pedir al empresario que se responsabilice de resolver un conflicto que el no crea.
Es imprescindible reconocer la existencia de esta forma de esclavitud y aportar soluciones novedosas basadas en el código civil (matrimonio, herencias..,) en la legislación laboral y fiscal, en el sistema financiero…etc.
Una bonita tarea para los partidos de corte liberal progresista.