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Marbella y la vida de cien años.

Leyendo el libro “La vida de 100 años” de Lynda Gratton @ Andrew Scott, no dejo de pensar en Marbella (la gran Marbella) y en la oportunidad histórica que se le presenta si los marbellíes y/o marbeleros están a la altura.

La tesis de este libro es que el modelo vital basado en una vida en tres etapas (juventud, madurez y vejez) está muerto. El aparentemente imparable crecimiento en la esperanza de vida hace que un niño de hoy en un país desarrollado tiene más del 50% de probabilidades de vivir más de 104 años.

Este radical cambio demográfico forzará a los gobiernos, las empresas y los individuos a planificar la vida humana de una manera totalmente diferente con distintas combinaciones de periodos de aprendizaje y de productividad alternados en ciclos muy distintos que necesitarán ser financiados de otra manera pero sobre todo vividos de otra manera.

Alrededor de todo esto se va a desarrollar un potentísimo sector económico alrededor de los cuidados con técnicas de economía colaborativa y movilización de recursos distintos. Y no hay que pensar en este sector como una oportunidad solamente en los términos de empresas provedoras y clientes receptores sino como un complejísimo entramado de proveedores y receptores de servicios muy variados. En este entramado, las personas de más edad encontrarán no solo unos servicios necesarios para su calidad de vida sino la posibilidad de prolongar su vida activa como suministrador de esos u otros servicios.

Describir el funcionamiento de esta nueva economía no está en nuestras manos porque será la experimentación la que vaya determinando como se configure este sector. Pero si podemos desde ahora intuir la magnitud del cambio y prepararnos para participar en ese nuevo escenario.

Lo que yo llamo la gran Marbella (que incluye toda la franja costera protegida por Sierra Blanca y Sierra Bermeja, desde Calahonda hasta Manilva y que incluye los municipios de interior de Casares, Benahavis, Istán y Ojen) sería un fabuloso campo de pruebas y desarrollo para iniciativas de todo tipo en este sector. Y lo creo así porque pienso que tanto la demanda como la oferta ya están presentes sin haberse conectado entre sí.

Hay en toda la zona un enorme caudal de personas potencialmente interesadas en poner a funcionar su experiencia profesional en los más distintos campos, acompañada a veces con el capital necesario para acometer esos proyectos o al mejos para no depender de su rentabilidad financiera inmediata. Hay también una gran cantidad de recursos (inmobiliarios, profesionales, de infraestructuras…) infrautilizados debido a la estacionalidad turística de la zona.

La vida de 100 años necesita de lugares como Marbella donde crezca un modo de vida mitad productivo mitad de descanso adecuado a las necesidades de una población senior que no puede ni debe resignarse a vegetar tomando el sol.

Para que esto pueda ocurrir hace falta que todos los residentes en la zona tanto nacionales como extranjeros puedan visualizar las oportunidades personales que se pueden abrir. Hay que conectar a toda esa población alrededor de intereses comunes, de medios de comunicación compartidos en su gestión y en sus contenidos, alrededor de iniciativas públicas y privadas operando bajo un paraguas conceptual común que dé sentido a todo lo que vaya surgiendo.

Algunas de estas iniciativas ya están surgiendo con fuerza en sectores tradicionales como el alojamiento, el transporte…. Otras habrán de ser potenciadas como los bancos de tiempo o las iniciativas alrededor de las Smart Cities por mencionar solo dos ejemplos.

Lo realmente importante no es acertar en cada una de esas iniciativas sino en saber crear el entorno para que florezcan. Marbella no puede seguir siendo el sitio donde dormitan aburridos en invierno los extranjeros reunidos con otros pocos de su nacionalidad escuchando en un pub a un desvencijado cantante inglés que algún dia grabó un disco. Ni ese pub puede estar moribundo entre varios negocios cerrados por la pujanza de un centro comercial distante. Hay que huir de la obscena exhibición en fiestas beneficas de kilómetros cuadrados de cutis machacado por el sol y las operaciones de cirugía como única imagen de Marbella que merece ser expuesta en los medios de comunicación.

Marbella tiene unas características propias que no son merito de nadie y tiene dos opciones de futuro entre las que elegir: O bien conformarse con añadir sucesivamente capas de desarrollo desorganizado para financiar una pacata iniciativa local o aprovechar ese enorme influjo de talento y de dinero para inventar un modelo de futuro que integre a todas sus multiples poblaciones en un proyecto coherente y triunfador.

Cien años de vida plena en Marbella es un proyecto por el que merecería la pena luchar y que daría campo de juego a todos los componentes empresariales, individuales y públicos y un criterio coherente de desarrollo para los planificadores urbanísticos de ahora y del futuro.

 

 

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