Desde México donde aun no se ha impuesto un toque de queda para esta cuarentena, pero observando la realidad española a través de mi familia allí, me cuesta comprender porque mis familiares tienen que salir cada tanto a comprar y además justificarlo para no ser multado por la policía.
En México estoy disfrutando en mi cuarentena de dos servicios extraordinarios que espero ningún funcionario calenturiento se le ocurra prohibir.
Cornershop es una app que me permite elegir cualquier supermercado o tienda de su amplio catálogo, elegir mis productos eligiendo entre las diversas tiendas, y una vez completado mi pedido, un personal shopper va a cada tienda, me hace la compra, me contacta por la app o por teléfono para resolver dudas y encontrar variantes y me lo trae a mi casa depositándolo en mi puerta para que cuando abra, le vea a el a tres metros de distancia con guantes y mascarilla y le de verbalmente mi OK. Olé!!!
Mercado Libre es otra app muy similar a Amazon pero que me pone en contacto con cualquier proveedor local de México que participe, para todo tipo de productos y servicios, permitiéndome mantener un chat y recibir exactamente lo que quiero sea un vinilo transparente o una solución de amoniaco al 2% o mascarillas industriales o un transformador eléctrico pero también todos los artículos de consumo. Me permite pagar a través de ellos y me garantizan envio gratis y devolución gratis. No puedo encontrar mejor método de desintermediación que este.
¿No estamos preocupados por la destrucción del tejido productivo?
Pues atendamos la evidente demanda de la sociedad para que la industria local pueda competir ventajosamente con las producciones de mercados más baratos a base de un servicio prestado por una legión de repartidores que rescataremos del paro.
Ahi va eso